LA CALLE DEL OLIVAR


Cada noche, me acuesto pidiendo y soñando con una cosa, siempre la misma, pero mis estrellas se han olvidado de mí, dejándome sin tu sonrisa, sin tu mirada, y sin tus palabras al día siguiente.

Yo, mientras, sigo cada noche abrazada a mi almohada, esperando que ese momento llegue. Y aunque escuche que jamás llegará, seguiré esperando que cantes una vez más solo para mí.

La Calle del Olivar es una de las calles que sale de la Plaza de Lavapiés. En ella se encuentra el Candela, lugar que da origen a esta canción de Sandra Carrasco.

Sandra Carrasco nació en Huelva, donde estudió el magisterio de música. Desde pequeñas fue una amante de la música actuando en el musical Enamorados Anónimos, donde empezaron a llamarla para hacer coros con Arcángel, Estrella Morente, Manolo Sanlúcar, El Pele…

Después, estuvo por todo el mundo cantando con el Nuevo Ballet Español, con la compañía de Manuel Liñán, y actualmente disfrutando con su disco que lleva el nombre de “Sandra Carrasco”, de donde se ha sacado esta canción.

Una frase con la que me quedo de Sandra Carrasco es: “Me gustaría llenar de felicidad a las personas que quieran escucharlo. Que le transmita buena onda, sensibilidad, algo bonito, algo bueno. La música hay que escucharla para disfrutar de ella”.

Para conocer más de esta gran artista en su web: http://sandracarrasco.com/


La Calle del Olivar 
guarda entre sus rincones 
un secreto escondío. 

En la esquinita hay un bar, 
donde cada madrugá 
se escucha un cantecito. 

Los gitanicos del barrio, 
pasan to’ la noche cantando.

La Calle del Olivar
guarda entre sus rincones
un secreto escondío.

Miguelito el del Candela,
siempre esperó tras la puerta.
Lágrimas por tangos de Morente,
Paco no se sabe si viene o no viene.

La Calle del Olivar
guarda entre sus rincones
un secreto escondío.

En las estaciones
me he pasao los días,
esperando cada noche
que llegue el tranvía.
 

En las estaciones
me he pasao los días,
esperando cada noche
que llegue el tranvía.

Cuando llegue le tranvía,
borracha voy pa’ mi casa,
me dan las claras,

primilla me dan las claras del día. 

En las estaciones 
me he pasao los días, 
esperando cada noche 
que llegue el tranvía.

En las estaciones 
me he pasao los días, 
esperando cada noche, 
que llegue, 
cada noche que llegue.

Esperando cada noche,
que llegue el tranvía. 

Un niño miraba el agüilla quieta, 
de pronto le tiraba una blanca piedra 
y el agua sonreía, 
sonríe tu boca cuando tú me miras,
cuando tú me miras.

Esperando cada noche,
que llegue.
Esperando cada noche,
que llegue el tranvía.

Para tí Sam







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