COPLAS DE DON HILARIÓN (UNA RUBIA Y UNA MORENA)

Cada vez que escucho esta canción, al momento me recuerda esta canción infantil…

Soy capitán,
de un barco Inglés
y en cada puerto tengo una mujer.
La rubia es
fenomenal
y la morena tampoco está mal.
Si alguna vez
me he de casar,
me casaré con la que me guste más.

Después soy incapaz durante todo el día de quitarme de la cabeza… tanto al Capitán Inglés como a Don Hilarión, a sus rubias y a su morenas…

Tal vez la rubia y la morena sean las niñas más guapas que he visto jamás, inteligentes y con ganas de comerse el mundo, me enamoran con cada una de sus sonrisas y sus miradas, me descubran cosas nuevas y me invitan a pasear con ellas por cualquier rincón de la ciudad… y si tengo que elegir… deberemos buscar una niña castaña…


Tiene razón don Sebastián,
tiene muchísima razón.
Más si me gustan
las hijas de Eva,
¿qué he de hacer yo?

Nada me importa el qué dirán:
sigo la pública opinión.
Y si me encuentro
como un muchacho,
¿qué he de hacer yo?
¿qué he de hacer yo?

Nada tirar pa’lante
y haber que pasa.

Una morena y una rubia,
hijas del pueblo de Madrid,
me dan el opio con tal gracia
que no las puedo resistir.

Caigo en sus brazos ya dormido,
y cuando llego a despertar,
siento un placer inexplicable
y un delicioso bienestar.

¡Ja, ja, ja,
ja, ja, ja, ja!
Y es que las dos,
¡ja, ja, ja, ja!
Y es que las dos,
¡ja, ja, ja, ja!
se deshacen por verme contento,
esperando que llegue el momento
en que yo decida
¡ja,ja,ja,ja!
cuál de las dos
me gusta más.

Algo me cuestan mis chulapas,
pero la cosa es natural:
no han de salir a todas horas
con un vestido de percal.

Pero también algunas veces
se me ha ocurrido preguntar:
¿Si me querrán estas chiquillas
por mi dinero nada más?

Pero, ¡ca!
¡ja, ja, ja, ja!
Y es que las dos,
¡ja, ja, ja, ja!
Y es que las dos,
¡ja, ja, ja, ja!
se deshacen por verme contento,
¡ja,ja,ja,ja!
esperando que llegue el momento
en que yo decida
¡ja,ja,ja,ja!
cuál de las dos
me gusta más.

Cuál de las dos
me gusta más.
¡ja,ja,ja,ja!
Me gusta más. 
Coplas de Don Hilarión (La Verbena de la Paloma - Tomas Bretón) 

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La Verbena de la Paloma, es una de las obras emblemáticas del llamado ‘género chico’. El Madrid castizo y popular cobra aquí su aspecto y expresión paradigmáticos.

Se trata de un sainete lírico en un acto, con música del compositor Tomás Bretón y libreto original de Ricardo de la Vega, que fue estrenado con gran éxito en el Teatro Apolo de Madrid, el 17 de febrero de 1894.

Bajo el subtítulo de ‘El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos’, la escena transcurre en Madrid, en el mes de agosto, durante las fiestas patronales en honor de la Virgen de la Paloma. La trama argumental se sitúa en los barrios populares de la capital, y por ella desfilan una inolvidable galería de personajes arquetípicos, como las chulapas y chulapones, los castizos, el boticario, el sereno, el tabernero o los guardias.

En los tres cuadros de que se compone aparecen números musicales que han pasado a la historia del género, como el dúo de la habanera ‘¿Dónde vas con mantón de Manila?’, las coplas de Don Hilarión ‘Una morena y una rubia’, las seguidillas ‘Por ser la Virgen de la Paloma’ o la ‘soleá’ flamenca ‘En Chiclana me crié’.

Tomas Bretón, nació en Salamanca, en 1850. Estudió violín en su ciudad, donde tocaba en pequeñas orquestas desde los 12 años. En 1866, se trasladó a Madrid para seguir sus estudios en el Real Conservatorio. Colaboró con Barbieri en la Sociedad de Conciertos. Becado por la Academia de Bellas Artes de San Fernando y por Alfonso XII, viajó a Roma, Viena y París. En 1876, ya en Madrid, creó la orquesta de la Unión Artístico Musical. En 1891, apoyado por Albéniz, debutó en Londres como director. Fue profesor y director del Conservatorio de Madrid, director de la Sociedad de Conciertos, académico de la Bellas Artes de San Fernando y director de la Orquesta Sinfónica de Madrid. Falleció en Madrid, en diciembre de 1923.




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