LA CARAMBA

La Caramba era una rosa cuando vino de Motril,
a sentar plaza de maja, en la villa de Madrid.
El pelo rojo como las moras, los ojos como luceros,
y en la cabeza temblando, un lazo de terciopelo.

Y el Madrid de aquel entonces que por ella enloquecía,
entre ¡Caramba! y ¡Caramba!
a la Caramba decía:
¡Ay, María Antonia Fernández!
Te quiero a ti. ¡Ay, Caramba, Caramba mía!
¡Ay, María Antonia Fernández!
Todo Madrid por ti canta de noche y día.

Y los manolos que van al Prado,
se han vuelto locos y enamorados.
Que la Caramba cuando va andando
canela en rama va derramando.
¡Viva el jaleo, qué viva!
¡Viva la Alhambra!
¡Vivan los ojos negros,
negros, negritos de la Caramba!

Hablaron de que era un duque, juraron que era un marqués,
murmuraron del monarca, dijeron de un portugués.
Lo cierto es que María Antonia renegó de los madriles
y cambió el traje de maja por unas tocas monjiles.

Y el Madrid de aquel entonces que sin ella no vivía,
entre ¡Caramba! y ¡Caramba!
a la Caramba decía:
¡Ay, María Antonia Fernández!
Pobre de ti. ¡Ay, Caramba, Caramba mía!
¡Ay, María Antonia Fernández!
Todo Madrid por ti llora de noche y día.

Y a tu persona, no hay quien la vea,
ni por ventanas, ni por azoteas.
Y los manolos te están buscando
y por las calles pasan gritando:
¡Viva el jaleo, qué viva!
¡Viva la Alhambra!
¡Vivan los ojos negros,
negros, negritos de la Caramba!

Canción: La Caramba (Pasacalle)
Artista: Concha Piquer


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