La luna de ayer, era luna llena, yo me dispuse como dice la canción a intentar buscar la veredita de la noche clara que me llevase hasta tu alma, pero creo que me quedé dormido, antes de llegar.
Creo que en el momento de dormirme, y aunque estuviera llegando a esa vereda con la ayuda de la estrella de la noche, no me gustaría despertar. Era un sueño realmente bonito.
Hoy he tenido complicada elegir la canción, he tenido que buscar mucho para poner una, y cuando me he decidido por esta, que mas o menos la tenía pensada desde anoche, no he encontrado una versión de Carmen Morell, que me llamaba más la atención.
Por otro lado, sé que a muchos no os llamará la atención de estas canciones antiguas, pero estas mismas canciones nos hacen de otra forma conocer otro tipo de ciudad como es Madrid. Creo que cada canción tiene su sentimiento, su historia y algo que le hace especial.
Yo vivo buscando,
en la noche clara,
esa veredita,
que me va llevando,
cerca de tu alma.
Camino de ensueño,
senda de ilusiones,
que poquito a poco,
van subiendo juntos,
nuestros corazones.
¡Ay que me he perdido
en mi noche oscura!
Mándame una estrella,
noche madrileña,
pa ver si me alumbra.
Nochecita madrileña,
nochecita madrileña,
más bonita que ninguna.
Con su pañolón de estrellas,
con su pañolón de estrellas,
y su clavelón de luna.
Con tu aroma verbenero,
tú me sabes consolar.
Nochecita madrileña,
nochecita madrileña,
no me embrujes al soñar.
Con tu aroma verbenero,
tú me sabes consolar.
Nochecita madrileña,
nochecita madrileña,
no me embrujes al soñar.
¡No me dejes despertar!
en la noche clara,
esa veredita,
que me va llevando,
cerca de tu alma.
Camino de ensueño,
senda de ilusiones,
que poquito a poco,
van subiendo juntos,
nuestros corazones.
¡Ay que me he perdido
en mi noche oscura!
Mándame una estrella,
noche madrileña,
pa ver si me alumbra.
Nochecita madrileña,
nochecita madrileña,
más bonita que ninguna.
Con su pañolón de estrellas,
con su pañolón de estrellas,
y su clavelón de luna.
Con tu aroma verbenero,
tú me sabes consolar.
Nochecita madrileña,
nochecita madrileña,
no me embrujes al soñar.
Con tu aroma verbenero,
tú me sabes consolar.
Nochecita madrileña,
nochecita madrileña,
no me embrujes al soñar.
¡No me dejes despertar!
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