Ayer, empecé a celebrar las fiestas de la Virgen de la Paloma. Tan solo salí a tomarme una caña con los amigos y acabamos tomando las copas en mi casa, cuando me quise dar cuenta eran las 5 de la mañana.
Es curioso, salir un día, pensar que te vas a recoger pronto, pero te encuentras tan agusto con la gente que tienes al lado, que prefieres que nunca se acabe ese día, esa noche, o ese momento.
Y quizás se haya acabado, pero en mi recuerdo y con este blog, sabré que ese día aun no ha acabado, que a la gente que quiero sigue formando parte de mi.
La zarzuela Agua, azucarillos y aguardiente es otra de las zarzuelas que tienen por escenario Madrid.
La obra está ambientada en el Madrid de finales del siglo XIX y refleja a la clase media empobrecida en contacto con las clases más humildes. Se desarrolla en las proximidades de la Verbena de San Lorenzo, el 9 de agosto, en el Paseo de Recoletos.
En la obra aparecen personajes y situaciones del Madrid
de la época: aguadores y aguadoras, cigarreras, chulapos y chulapas,
manolos y manolas, castañeras, barquilleros, el olor a churros calientes
y la limonada en los barreños de barro cocido, niñas jugando al corro
mientras las niñeras coquetean con los soldados, etc... Es decir, el Madrid castizo del chotis, el pasodoble y el organillo.
Su estreno fue modesto y sin pretensiones, era una obra para ese
verano, para estar en cartel sólo unas semanas, y ahora aparece en este blog... Mañana dios dirá.
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