Cantidades
para cinco personas:
250 gramos
de garbanzos,
De 500 a 700
gramos de carne de vaca sin hueso (la mejor es la de cadera, tapa, contratapa o
morcillo); 125 gramos de hueso de caña con tuétano,
125 gramos
de jamón,
125 gramos
de tocino fresco, tres o cuatro patatas enteras,
Sal y, si se
quiere, una hebra de azafrán.
Tiempo de
cocción: de cuatro a cinco horas, según la clase de la carne y de los
garbanzos.
Los
garbanzos se remojan, poniéndolos en agua un poco tibia y sal durante diez o
doce horas.
En una olla
grande, de hierro bañado de porcelana, se ponen a calentar dos litros de agua.
Cuando hierve a borbotones, pues debe evitarse el que se produzca espuma, se
echan los garbanzos, la carne, el hueso y el jamón, todo ello escaldado
previamente con agua hirviendo. Se pone un poco de sal, y se deja cocer,
destapado, a fuego vivo durante una hora; pasada ésta, se echa el tocino, se
pone la tapadera sin que ajuste y se modera la ebullición, lo cual se logra
retirando el puchero a un ángulo de la chapa de hierro, si se trata de cocina económica,
o cubriendo el fuego con ceniza, si es de las antiguas.
Desde este
momento no hay que ocuparse del cocido hasta la hora de echar las patatas, o
sea una antes de sacar el caldo para la sopa; entonces se prueba, se completa
la sal si tiene poca, se añade agua hirviendo si hace falta, y se deja cocer
otra hora. Al cabo de ésta se saca el caldo necesario para poner la sopa,
dejando en la olla el preciso para que no se sequen los garbanzos, y se aparta
un poco más para que deje de cocer sin enfriarse.
Cuando la
sopa es calada no se saca el caldo hasta el momento de servirla.
Este cocido
admite todas las viandas y legumbres que se le quieran agregar: chorizo o pata
de ternera, que se escaldarán y echarán cuando los garbanzos; gallina y
morcilla, que se ponen cuando el tocino; nabos, zanahorias y una cebolla, etc.
["La Cocina de la Madre de Familia" - 1905 - Autor: Doña
Matilde Gracía del Real]
No me hable
usté
de los banquetes que hubo en Roma.
Ni del menú|
del hotel Plaza en Nueva York.
Ni del faisán,
ni los foagrases de paloma,
ni me hable usté
de la langosta Thermidor.
Porque es que a mí,
sin discusión, me quita el sueño
y es mi alimento y mi placer
la gracia y sal
que al cocidito madrileño
le echa el amor de una mujer.
Cocidito madrileño,
repicando en la buhardilla,
que me huele a yerbabuena
y a verbena en las Vistillas.
Cocidito madrileño
del ayer y del mañana.
Pesadumbre y alegría
de la madre y de la hermana.
A mirarte con ternura
yo aprendí desde pequeño.
Porque tú eres gloria pura,
porque tú eres gloria pura,
cocidito madrileño.
Dígame usté
dónde hay un cuadro con más gracia
con el color
que da la luz del mes de abril,
cuando son dos
y están debajo de una acacia,
y entre los dos
un cocidito de albañil.
Cuando el querer
de la mujer le dice al dueño
de su hermosura y su pasión:
Toma, mi bien,
tu cocidito madrileño,
que dentro va mi corazón.
Cocidito madrileño,
repicando en la buhardilla,
que me huele a yerbabuena
y a verbena en las Vistillas.
Cocidito madrileño
del ayer y del mañana.
Pesadumbre y alegría
de la madre y de la hermana.
A mirarte con ternura
yo aprendí desde pequeño.
Porque tú eres gloria pura,
porque tú eres gloria pura,
cocidito madrileño.
Cocidito Madrileño – Pepe Blanco.
de los banquetes que hubo en Roma.
Ni del menú|
del hotel Plaza en Nueva York.
Ni del faisán,
ni los foagrases de paloma,
ni me hable usté
de la langosta Thermidor.
Porque es que a mí,
sin discusión, me quita el sueño
y es mi alimento y mi placer
la gracia y sal
que al cocidito madrileño
le echa el amor de una mujer.
Cocidito madrileño,
repicando en la buhardilla,
que me huele a yerbabuena
y a verbena en las Vistillas.
Cocidito madrileño
del ayer y del mañana.
Pesadumbre y alegría
de la madre y de la hermana.
A mirarte con ternura
yo aprendí desde pequeño.
Porque tú eres gloria pura,
porque tú eres gloria pura,
cocidito madrileño.
Dígame usté
dónde hay un cuadro con más gracia
con el color
que da la luz del mes de abril,
cuando son dos
y están debajo de una acacia,
y entre los dos
un cocidito de albañil.
Cuando el querer
de la mujer le dice al dueño
de su hermosura y su pasión:
Toma, mi bien,
tu cocidito madrileño,
que dentro va mi corazón.
Cocidito madrileño,
repicando en la buhardilla,
que me huele a yerbabuena
y a verbena en las Vistillas.
Cocidito madrileño
del ayer y del mañana.
Pesadumbre y alegría
de la madre y de la hermana.
A mirarte con ternura
yo aprendí desde pequeño.
Porque tú eres gloria pura,
porque tú eres gloria pura,
cocidito madrileño.
Cocidito Madrileño – Pepe Blanco.
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José Blanco
Ruiz (Pepe Blanco) nació en Logroño en 1911.
Después de
la Guerra Civil, Pepe Blanco era muy popular en Logroño, ya que era un gran imitador de Pepe Marchena, con lo que le
apodaron el Marchenita. Todas las noches ofrecía canciones en la Cafetería Ibiza
de Logroño (en frente tenía la parada del taxi, ya que él era taxista) y en El
Espolón donde le acompañaba el guitarrista Sebastián Trapero.
Pepe Blanco
y Sebastián Trapero de presentaron en el Price de Madrid en 1942 donde comenzó
su fama y formación en distintas compañías y espectáculos coincidiendo con Lola
Flores.
En 1944,
grabó su primer disco, y un año más tarde actuó con Carmen Morell, con la que
se casaría y después se separaría.
Pepe Blanco
grabó como solista unas 150 canciones, entre ellas "Cocidito
madrileño", "¡Ay, mi sombrero!”, "El farolero", "El
gitano señorito", "El granate", "En La Rioja nací",
"Madrid tiene 6 letras", "Entre dos corazones", "Amor
que viene cantando"….y numerosas jotas.
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