Difícil es definir este lugar llamado donde habita el olvido… pero con cada
uno de los sucesos, se demuestra que este lugar existe, es allí donde me
encuentro… donde habita el olvido.
Después de un año duro, recuerdas que tan solo eres un número en la empresa que trabajas después de haber sufrido por conseguir un hueco y que alguien te recuerda que estas donde habita el olvido…
Si preguntas como me encuentro con tan solo una imagen y no recibes respuesta, pero eres incapaz de sentarte a detener tu tiempo para preguntar donde habita el olvido…
Observar una pequeña Dama aturdida después de uno de sus peores días e intentas que te acaricie, pero ni siquiera es capaz de recordar donde habita el olvido…
Ver que los sueños, sueños son, que nunca pares de soñar y que soñar es un error porque se vive dos
veces… tal vez es que quiero soñar donde habita el olvido…
Duele esperar que aparezcas de nuevo y poder ver tu cristalino Palacio de Cristal donde me gusta posar mi mirada, donde entre gatos y rosas, jamás me arrepiento de haberte dicho “me gustas”, te necesito… que hay cosas que quiero compartir además contigo donde habita el olvido…
Tal vez ese hilo rojo atado a nuestro meñique, un gato y la luna, un Ángel Caído, una canción me acerque más donde habita el olvido…
Porque el tiempo para mí se ha detenido mientras mis amigos, mi familia, la niña de mis ojos con la que sueño cada noche, siguen su curso olvidándose de aquel donde habita el olvido…
Y si no vas a soñar conmigo, mejor ni te duermas y me dejes una vez más allí donde habita el olvido… donde habita mi olvido… olvidé que ya te has olvidado de mí y de donde habita el olvido… porque ahora vivo donde habita el olvido…
Cuando se despertó,
Después de un año duro, recuerdas que tan solo eres un número en la empresa que trabajas después de haber sufrido por conseguir un hueco y que alguien te recuerda que estas donde habita el olvido…
Si preguntas como me encuentro con tan solo una imagen y no recibes respuesta, pero eres incapaz de sentarte a detener tu tiempo para preguntar donde habita el olvido…
Observar una pequeña Dama aturdida después de uno de sus peores días e intentas que te acaricie, pero ni siquiera es capaz de recordar donde habita el olvido…
Ver que los sueños, sueños son, que nunca pares de soñar y que soñar es un error porque se vive dos
veces… tal vez es que quiero soñar donde habita el olvido…
Duele esperar que aparezcas de nuevo y poder ver tu cristalino Palacio de Cristal donde me gusta posar mi mirada, donde entre gatos y rosas, jamás me arrepiento de haberte dicho “me gustas”, te necesito… que hay cosas que quiero compartir además contigo donde habita el olvido…
Tal vez ese hilo rojo atado a nuestro meñique, un gato y la luna, un Ángel Caído, una canción me acerque más donde habita el olvido…
Porque el tiempo para mí se ha detenido mientras mis amigos, mi familia, la niña de mis ojos con la que sueño cada noche, siguen su curso olvidándose de aquel donde habita el olvido…
Y si no vas a soñar conmigo, mejor ni te duermas y me dejes una vez más allí donde habita el olvido… donde habita mi olvido… olvidé que ya te has olvidado de mí y de donde habita el olvido… porque ahora vivo donde habita el olvido…
Cuando se despertó,
no recordaba nada
de la noche anterior.
Demasiadas cervezas,
dijo al ver mi cabeza,
al lado de la suya en la almohada...
y la besé otra vez,
Pero ya no era ayer,
sino mañana,
y un insolente sol,
como un ladrón entró
por la ventana.
El día que llegó,
traía ojeras malvas
y barro en el tacón.
Desnudos, pero extraños,
nos vio roto el engaño de la noche,
la cruda luz del alba
que era la hora de huir.
Y se fue, sin decir:
llámame un día.
Desde el balcón la vi
perderse en el trajín
de la Gran Vía.
Y la vida siguió,
como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Una vez me contó un amigo común que la vio
donde habita el olvido.
Donde habita el olvido.
Donde habita el olvido.
La pupila archivó
un semáforo rojo,
una mochila, un Peugeot.
Y aquellos ojos miopes
y la sangre al galope por mis venas
y una nube de arena
dentro del corazón.
Y esta racha de amor
sin apetito.
Los besos que perdí
por no saber decir:
te necesito.
Y la vida siguió,
como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Una vez me contó un amigo común que la vio
donde habita el olvido.
Donde habita el olvido.
Donde habita el olvido.
Donde habita el olvido (1999, 19 días y 500 noches)
de la noche anterior.
Demasiadas cervezas,
dijo al ver mi cabeza,
al lado de la suya en la almohada...
y la besé otra vez,
Pero ya no era ayer,
sino mañana,
y un insolente sol,
como un ladrón entró
por la ventana.
El día que llegó,
traía ojeras malvas
y barro en el tacón.
Desnudos, pero extraños,
nos vio roto el engaño de la noche,
la cruda luz del alba
que era la hora de huir.
Y se fue, sin decir:
llámame un día.
Desde el balcón la vi
perderse en el trajín
de la Gran Vía.
Y la vida siguió,
como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Una vez me contó un amigo común que la vio
donde habita el olvido.
Donde habita el olvido.
Donde habita el olvido.
La pupila archivó
un semáforo rojo,
una mochila, un Peugeot.
Y aquellos ojos miopes
y la sangre al galope por mis venas
y una nube de arena
dentro del corazón.
Y esta racha de amor
sin apetito.
Los besos que perdí
por no saber decir:
te necesito.
Y la vida siguió,
como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.
Una vez me contó un amigo común que la vio
donde habita el olvido.
Donde habita el olvido.
Donde habita el olvido.
Donde habita el olvido (1999, 19 días y 500 noches)
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Joaquín Sabina cantautor nacido en la provincia de Jaen interesado por la poesía y la música... Joaquín Sabina uno de los grandes en la música de este pais, alguien que introduce Madrid en algunas de sus canciones, alguien que perdurará en nuestra memoria con alguna de sus canciones...
Y que mejor que su web para que podáis disfrutar de su música, sus letras y su trabajo: www.jsabina.com
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