AL VIEJO MADRID

Sevilla es una torre
llena de arqueros finos.
Sevilla para herir.
Córdoba para morir.
Una ciudad que acecha
largos ritmos,
y los enrosca
como laberintos.
Como tallos de parra
encendidos.

¡Sevilla para herir!

Bajo el arco del cielo,
sobre su llano limpio,
dispara la constante
saeta de su río.

¡Córdoba para morir!

Y loca de horizonte,
mezcla en su vino
lo amargo de Don Juan
y lo perfecto de Dionisio.

Sevilla para herir.
¡Siempre Sevilla para herir!
                                            Federico García Lorca
Yo siempre recuerdo las veces que he visitado Sevilla, en las cuales ha recogido mis sentimientos: triste si llueve, nublada cuando las cosas no cuadran, enamorada con su olor a azahar y sus paseos interminables por sus calles, por el Parque de María Luisa, mientras alguien nos intercambia un ramito de romero por una maldición o un beso, alegre con ese calor sofocante, amigable acompañado de la gente que allí vive y algunos de ellos me ha enamorado, borracha por todas esas noches disfrutando contigo, con vosotros… Sevilla para herir…

¿Dónde están los organillos con los chotis
que bailaban las chulapas por ahí?
Que bailaban las chulapas por ahí.
¿Dónde están los organillos con los chotis
que bailaban las chulapas por ahí?
¿Dónde están los organillos con los chotis
que bailaban las chulapas por ahí?
Que bailaban las chulapas por ahí,
con los mendas con parpusas y pañuelos
en Cascorro, Lavapiés o Chamberí.
Con los mendas con parpusas y pañuelos
en Cascorro, Lavapiés o Chamberí.

Cuentan las coplas 
de mis abuelos,
de mis abuelos,
si tienes que morirte
de Madrid al cielo.

¿Dónde están las violeteras tan bien puestas
que vendían por la Calle de Alcalá?
Que vendían por la Calle de Alcalá
¿Dónde están las violeteras tan bien puestas
que vendían por la Calle de Alcalá?
¿Dónde están las violeteras tan bien puestas
que vendían por la Calle de Alcalá?
Que vendían por la Calle de Alcalá,
con la moña de jazmín en la cabeza
y el apuesto y reluciente delantal.
Con la moña de jazmín en la cabeza
y el apuesto y reluciente delantal.

Cuentan las coplas
de mis abuelos,
de mis abuelos,
si tienes que morirte
de Madrid al cielo.

¿Dónde están esos serenos con candiles
que anunciaban cada hora del reloj?
Que anunciaban cada hora del reloj.
¿Dónde están esos serenos con candiles
que anunciaban cada hora del reloj?
¿Dónde están esos serenos con candiles
que anunciaban cada hora del reloj?
Que anunciaban cada hora del reloj,
con el arte que derrochan los madriles
con su acento tan castizo y machacón.
Con el arte que derrochan los madriles
con su acento tan castizo y machacón.

Cuentan las coplas
de mis abuelos,
de mis abuelos,
si tienes que morirte
de Madrid al cielo.

¿Dónde están esas verbenas populares
y el revuelo de una alfombra o mantón?
Y el revuelo de una alfombra o mantón.
¿Dónde están esas verbenas populares
y el revuelo de una alfombra o mantón?
¿Dónde están esas verbenas populares
y el revuelo de una alfombra o mantón?
Y el revuelo de una alfombra o mantón,
y las calles adornadas de farolillos
y guirnaldas entre balcón y balcón.
Y las calles adornadas de farolillos
y guirnaldas entre balcón y balcón.

Cuentan las coplas
de mis abuelos,
de mis abuelos,
si tienes que morirte
de Madrid al cielo.
                                  Al Viejo Madrid (Antología 2001)

Cantores de Híspalis se formó en 1976 en Sevilla, con el nombre de Los Macarenos. El grupo estaba formado entonces por Rafael Ojeda, Juan Luis Calceteiro, Ricardo Pujol y José Antonio Rúa. Cuando llegó Pascual González se marchó Ricardo Pujol y pasaron a llamarse Cantores de Híspalis.

En 1989, José Antonio Rúa y Rafael Ojeda dejaron el grupo, siendo sustituidos por Carlos Ruiz y Mario Ruiz, integrantes de un grupo musical denominado Alquvira.

Desde sus inicios, han tenido ocho formaciones distintas con tan solo seis cantores. En 1978 grabaron su primer disco, Cosas de mi tierra, un disco de canción protesta y debido al contenido de sus canciones no fue posible grabarlo en España. 

Cantores de Híspalis reinterpretó las sevillanas, con representación en escenarios con gran puesta en escena, y grabaciones con célebres bandas musicales como la Filarmónica de Londres.

El grupo se disolvió a mediados de los noventa y sus componentes iniciaron una carrera por separado: Pascual González por un lado, y Carlos, Mario y Juani por otro. Se unieron de nuevo en el año 2000 con el nombre de Pascual González y Cantores de Híspalis y han grabado álbumes como Sevilla reza cantando, La taberna de los poetas o Esta fiesta es la caña, de los cuales han hecho sus respectivas giras, además de la representación de la obra dedicada a la Semana Santa, La Pasión según Andalucía.

En noviembre de 2010 lanzaron su último disco al mercado La Gran Fiesta de las Sevillanas, 35 años de éxitos, un disco donde colaboran una serie de artistas que, hasta el momento, no habían interpretado nunca sevillanas y con los que consiguen revolucionar de nuevo el panorama musical nacional e internacional.

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